viernes, 25 de enero de 2008

Obra cumbre: El lado oscuro de la Luna (PF, 1973)

En enero de 1973 (¡se están cumpliendo 35 años!) se terminaba de grabar la obra cumbre de Pink Floyd: "The Dark Side of the Moon". El álbum había sido compuesto durante los primeros meses de 1972 y las grabaciones habían comenzado en junio de ese año. Finalmente se editaría el 24 de marzo de 1973, marcando un hito en la historia de la música popular y manteniéndose en la lista de discos más vendidos por años y años.

En "The Dark Side..." los Floyd muestran muchas de las obsesiones que los perseguirían a lo largo de su carrera. En particular, se muestran las presiones de la vida moderna: la urgencia por el tiempo, los aspectos sucios del dinero, el despropósito de la guerra, entre otros dislates de nuestro tiempo que bien pueden llevar a la locura. Las canciones, sin relación aparente entre sí, se van encadenando cadenciosamente. El disco no ha envejecido, ni en su temática ni en su sonido, y es siempre una aventura excitante sentarse a escucharlo. Aquí, P.F. pule a la perfección del cristal, los sonidos espaciales que ya los acompañaban desde la época de la psicodelia, cuando eran liderados por el genio loco de Syd Barret.

Y no casualmente, y al igual que en toda la obra de Pink Floyd, podemos encontrar en esta pieza maestra las alusiones a Barret y a su triste destino: "El lunático está en la hierba. Recordando juegos, guirnaldas de margaritas y risas. Hay que mantener a los locos en vereda", canta Rogers Waters en "Brain Demage" (Daño cerebral). Y la locura de Barret, un poco la locura de todos en un mundo desquiciado, se emparenta mucho con la soledad: "Y si la nube estalla atronando en tu oído, gritas y nadie parece oír, y si la banda en la que estás comienza a tocar diferentes melodías, nos veremos en el lado oscuro de la Luna". Y la banda hacía tiempo ya que tocaba melodías diferentes a la de Syd. Y la esperanza de encontrarse en ese lugar lejano, inaccesible, inexistente, no hace más que reforzar el sentimiento de aislamiento que deja toda la obra, aislamiento que volveremos a encontrar en "Wish you were here" (obviamente dedicado a Barret) de 1975 y en la colosal "The Wall" de 1979 (no menos basada, al menos en parte, en el antiguo líder).

En "The Dark Side..." Pink Floyd destila pesimismo, un sino trágico que va más allá de las derrotas ocasionales: "Y corres y corres para ir a la par con el Sol, pero él se está hundiendo y girando rápidamente para de nuevo elevarse detrás de ti. El Sol es el mismo de un modo relativo, pero tú eres más viejo, tu respiración es más corta y estás un día más cerca de la muerte. Cada año se hace más corto, nunca pareces encontrar tiempo. Planes que se quedan en nada o en media página de líneas garabateadas" ("Time").

Y la sensación de derrota, de vacío, de soledad, cubierto todo por el pesimismo floydiano, ocupa hasta el último resquicio de esta obra. En "Eclipse", último tema del álbum (y el nombre que supuestamente éste iba a tener), se van hilvanando palabras e ideas escuchadas anteriormente: "all you touch and all you see" ("Breathe") o "all you buy, beg, borrow, steal" ("Money"). "Y todo lo que tocas, todo lo que ves, todo lo que compras, mendigas, robas o pides prestado y todo cuanto hay bajo el Sol está en armonía", dice Waters, pero en su pintura de la alienación de Barret (y un poco la suya propia) da su última pincelada de pesimismo agregando inmediatamente "pero el Sol es eclipsado por la Luna", dando punto final al álbum.

"The dark side..." se consigue fácilmente en la red (si bien este es un disco que si o si hay que tener) y existen además diferentes versiones tanto de Pink Floyd como de otros conjuntos que decidieron homenajearlos, a las que se puede acceder desde este blog.

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